Atribuido por Cicerón a Catón, quien solía decir que “nunca hacía más que cuando nada hacía, y nunca se hallaba menos solo que cuando estaba solo”[2]
- ¡Mira! ¡Un dólar!
- !Guao! ¡Soy rico más allá de mis sueños! ¡Puedo tener cualquier cosa que quiera! ¡Todas mis plegarias han sido respondidas!
- Quizá haya más.
[1] GARCÍA BORRON, Juan Carlos, Cit en Historia de la ética: de los griegos al renacimiento, Recopilación de Victoria Camps, Editorial Crítica, Barcelona, España, 2002, p. 239.
No hay comentarios:
Publicar un comentario