jueves, 26 de noviembre de 2009

'Aborto es peor que los abusos sexuales', afirma cardenal español
El cardenal español Antonio Cañizares provocó la ira del Gobierno de su país al sugerir que era peor que las violaciones cometidas en instituciones irlandesas gestionadas por órdenes católicas.
Comentando ese escándalo que se destapó hace unas semanas en Irlanda gracias a un informe elaborado durante casi 10 años, que asegura que las violaciones y los abusos de todo tipo fueron sistemáticos en ese tipo de centros entre 1930 y 1990, monseñor Cañizares, designado Prefecto de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos por el Vaticano, declaró que "no es comparable lo que haya podido pasar en algunos colegios con los millones de vidas destruidas por el aborto".
Esta declaración difundida el viernes por la prensa española desató la ira del gobierno socialista, que recientemente aprobó un proyecto de liberalización de la ley del aborto, según el cual se autoriza libremente la interrupción del embarazo hasta la 14ª semana de gestación.
"Es muy grave e irresponsable relacionar abusos sexuales a menores con el aborto", dijo la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez. "Estamos hablando de asuntos completamente diferentes. Los abusos sexuales normalmente se cometen en menores contra su voluntad y afectan de manera terrible a su vida", añadió.
La Iglesia católica se opone firmemente al proyecto del gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero sobre el aborto, como lo hizo hace algunos años contra la autorización del matrimonio entre homosexuales.

“El cristianismo es platonismo para el pueblo” Nietzsche (1994), p. 19.
“No somos más nuestros que nuestro es lo que poseemos. No habiéndonos nosotros hecho a nosotros mismos, no podemos tener potestad suprema sobre nosotros mismos. No somos nuestros dueños, Somos propiedad de Dios. ¿No consiste nuestra felicidad en mirar las cosas de este modo? ¿Es, desde cualquier punto que se mire, una dicha o un consuelo considerar que somos nuestros dueños? Pueden pensar tla los jóevenes y los afortunados. Éstsos pueden creer que es una gran cosa poder ordenarlo todo a su gusto, no depender de nadie, como ellos suponene, no tener que pensar en dad  que o se vea, verse libre dl fastidio del cntinuo reconocimiento, de la continua plegaria, del  continuo recordatorio de que han de hacer la voluntad de otro. Pero conforme el tiempo pasa, ellos cmo  todos los demás hombres, hallan que la independiencia no se hizo parea el hombre, que es un  estado antinatural, que puede satisfacer durante algún tiempo, pero que no nos lleva seguros, hasta el fin…”[1]

“La fe es el esfuerzo por conseguir* lo que esperamos; el convencimiento respecto de lo que no vemos” (Heb 11, 1)

“En efecto, la «locura» de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres; y la «debilidad» de Dios es mucho más fuerte que la debilidad de los hombre.”  (Cor. I, 25)[2]

“¿Quién podrá creer la noticia que recibimos?
Y la obra de Yavé, ¿A quién se la reveló?
Este hombre creció ante Dios como un retoño,
Como la raíz en tierra seca,
No tenía ni gracia ni belleza, para que nos fijáramos en él,
Ni era simpático para que pudiéramos apreciarlo.
Despreciado y tenido como la basura de los hombres,
Hombre de dolores y familiarizado con el sufrimiento,
Semejante a aquellos  a los qu se les vuelve la cara,
Estaba despreciado y no hemos hecho caso de él.
Sin embargo, eran nuestras dolencias las que él llevaba,
Eran nuestros dolores los que le pesaban
Y nosotros lo creíamos azotado por Dios,
Castigado  y humillado”  Is 53, 1-4

“Cuando uno tiene fe, puede prescindir de la verdad”.[3]

“…sus parientes fueron a echarle mano, porque decía que no estaba en sus cabales”  (Jn 10, 20)



Vivo sin vivir en mí,
Y de tal manera espero,
Que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí
Después que muero de amor;
Porque vivo en el Señor,
Que me quiso para sí;
Cuando el corazón le dí
Puse en él este letrero:
Que muero porque no muero

Esta divina prisión
Del amor con que yo vivo
Ha hecho a Dios mi cautivo,
Y libre mi corazón;
Y causa en mí tal pasión
Ver a Dios mi prisionero,
Que muero porque no  muero

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en qu el alma está metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
No lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga
Más pesada que el acero,
 Que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
Vivo de que he de morir,
Porque muriendo, el vivir
Me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
No te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero

Juan de la Cruz
Para gustarlo todo,
no quieras tener gusto en nada
Para venir a saberlo todo,
No quieras saber algo en nada
Para venir a poseerlo todo
No quieras poseer algo en nada (…)
Para venir a lo que no saber
Has de ir por donde no saber (…)
Para venir a lo que no eres
Has de ir por donde no eres
Subida del Monte Carmelo

“Por ello, quien cree en Dios, no puede creer en él. La posibilidad que constituye el nombre divino es mantenida por el que no cree. Si en otro tiempo la prohibición  de imágenes abarcaba la pronunciación del Nombre, hoy éste se ha hecho sospechoso incluso de superstición; sólo pensar le esperanza, atenta y trabaja contra ella.”[4]

“Es opinión comúnmente difundida la de que el Cristianismo es un pesimismo radical, pues que nos enseña a desesperar del  único mundo de cuya existencia  estamos seguros, para invitarnos a poner nuestras esperanzas en otro del que no se sabe si existirá jamás. Jesucristo no cesa de predicar el renunciamiento total de los bienes de este mundo; San Pablo condena la carne y exalta el estado de virginidad; los Padres del Desierto, como enloquecidos por su odio insensato a la naturaleza, se dedican a vivir una vida cuya simple descripción equivale a la negación radical de todos los valores sociales o sencillamente humanos”[5]




[1] HUXLEY. Aldous.  Un mundo feliz.  Editores mexicanos unidos. 2004. p. 197
* Hypóstasis. / Subtancia. “Est autem fides sperandarum substantia rerum, argumentum non apparentium”·
[2][2] “Pero ¡cuidado!
La locura es todo lo contrario a un refugio.  Si la experiencia interior la convierte en casa cómoda, deja de ser lo que es: se convierte en seguridad, es decir, en pose…es decir, coartada. La locura sóolo es creadora cuando deviene intemperie”ROJAS GUARDIA, Armando. El Dios de la intemperie. Editorial Mandarla, Caracas, Venezuela, 1985, p.94.
[3] NIETZSCHE, Cit en Antología de cuentos quebequenses en el fin de siglo (1987- 2000) Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas, Venezuela, 2006, p. 57.

[4] ADORNO, H, Dialéctica negativa, en ROJAS GUARDIA, Armando. El Dios de la intemperie. Editorial Mandarla, Caracas, Venezuela, 1985, p. 109.
[5] GILSON, Etienne. (1981). El espíritu de la filosofía Medieval. Madrid, España: Ediciones Rialp. S. A.  p. 115.

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